Pedimos al viajero acercarse con respeto, tranquilidad y sin gritos perturbadores. Seamos amables y pacientes, pues nuestra cultura e idioma son muy diferentes. Respetemos los horarios y costumbres de la familia campesina en cuanto a los tiempos, el descanso, el silencio, trabajo, comidas y privacidad. Solicitamos no andar con el torso desnudo en las comunidades.
Cuidemos las instalaciones de las familias y las comunidades anfitrionas. Si generan residuos, solicitamos depositarlos sólo en cestos de basura habilitados. Usemos responsablemente el agua corriente domiciliaria como también la leña, pues son recursos escasos en nuestra zona. Ayudemos a cuidar nuestro patrimonio natural y sitios arqueológicos, que son nuestra identidad.
Solicitamos cumplan las condiciones y recomendaciones de los servicios y actividades tal como la comunidad ofrece y establece (transitar por sendas autorizadas, respetar la propiedad privada, pedir autorización para fotografiar, respetar la autoridad de los guías locales). Los precios establecidos de los productos y servicios son justos y pedimos respetarlos.
No regalemos medicinas ni caramelos, pues su uso incontrolable no es sano para nuestros niños y puede a su vez, generar mendicidad. Condenamos la explotación sexual, el tráfico de personas y todo intento de abuso y acoso a miembros de la comunidad, sean menores o adultos.