Los alojamientos y los lugares de comida, son las mismas viviendas campesinas. Cada vivienda que ofrece servicios al turismo; cuenta con una o hasta tres habitaciones dobles destinadas para los viajeros. El baño es compartido pues en general, es el mismo que utiliza la familia campesina. El viajero se aloja en camas simples o dobles, no en cuchetas, para garantizar comodidad y atención personalizada. Las casitas de piedra, adobe y techos de caña; mantienen su arquitectura típica, manteniendo su identidad y garantizando la comodidad, seguridad e intimidad del viajero. La capacidad de carga de cada familia es de 6 visitantes; no obstante la mayoría de las familias campesinas recibe entre 2 a 4 personas. Cada familia campesina de la cooperativa, practica y promueve las buenas prácticas de higiene, manipulación de alimentos, seguridad del viajero y garantiza una convivencia social, cultural y ambiental respetuosa y amigable.
Las actividades cotidianas del campo, la visita a artesanos de cada comunidad y los paseos culturales y de naturaleza, son las opciones diarias del viajero durante su estadía en las comunidades. Los circuitos guiados de caminata o paseos a caballo, son recorridos cortos que demandan de una a tres horas quizás y todos son de media a baja dificultad y no presentan riesgos. El viajero puede aprender algunos oficios artesanales durante su estadía. Si avisa con anticipación, podrá aprender a tejer en telar, hacer cerámica, crear piezas en fieltro o elaborar dulces, por ejemplo. La cooperativa ofrece más bien un turismo rural vivencial, de intercambio cultural y de contacto con la naturaleza; por ello, deseamos aclarar que NO se realizan actividades de aventura ni de riesgos ni excursiones largas pues no son parte del espíritu de nuestra organización campesina.
En cuanto a la gastronomía regional que el visitante puede degustar y elaborar junto a las familias campesinas anfitrionas; incluyen platos típicos (empanadas al horno de barro, locro, guisos, humita, tamal, entre otros), postres regionales (anchi, cayote con nuez, frutas de la época, arrope, quesos con miel de caña, dulces caseros) o incluso, si el viajero lo solicita, se ofrecen platos especiales y vegetarianos. Los almuerzos y cenas, se acompañan con agua mineral o gaseosas; y bajo expreso pedido, con vino artesanal.
El viajero está invitado todo el año, a compartir la vida del vitivinicultor artesanal, entre viñas, entre barricas de madera y tanques de acero, entre corchos colocados manualmente y entre familias amigas. Algunas familias de nuestra cooperativa, elaboran vinos artesanales. Cada una de esas familias campesinas, cuidan sus viñas y mantienen su producción a partir del trabajo íntegramente familiar, y elaboran cada uno no más de 4.000 litros por año, con el cuidado heredado por sus abuelos. El viajero que visita nuestra Red de Turismo Campesino puede compartir varios días junto a estas familias, conociendo las viñas y las bodeguitas y si viene entre febrero y agosto, puede compartir la elaboración de estos vinos.